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Fundamentos: Yo, como representante legal de James Brown, solicito la revisión y anulación del cargo interpuesto por la supuesta usurpación de título profesional. Mi representado nunca se atribuyó de forma clara, inequívoca ni categórica el ejercicio de la profesión de abogado. La expresión utilizada fue “supuestamente soy el abogado”, manifestación condicional basada en información que terceros agentes estaban comentando en ese momento, y no una declaración directa de posesión de título, colegiación o habilitación profesional. No existió ofrecimiento de servicios jurídicos, asesoramiento legal ni actuación propia de un profesional del derecho. No hubo intención, dolo, provecho económico ni acto material que implique ejercicio profesional. En el material audiovisual aportado, el agente manifiesta expresamente querer “estrenar” el nuevo tipo sancionador, lo cual supone un indicio de arbitrariedad e intención de aplicar el artículo de forma forzada y ejemplificante, sin criterios objetivos de valoración de los hechos. La actuación policial se basó en una interpretación subjetiva y precipitada, sin verificar la existencia real o no de habilitación profesional, vulnerando el principio básico de presunción de buena fe del administrado y el deber de comprobación mínima por parte de la autoridad. Por todo lo anterior, solicito la anulación del expediente sancionador por inexistencia de elementos materiales constitutivos del tipo infractor y por falta de prueba objetiva que demuestre el elemento indispensable de la usurpación: la afirmación inequívoca de poseer un título que no se tiene.

Se impuso una sanción por el delito de “usurpación de título profesional”, alegando que mi representado se presentó como abogado sin acreditarlo.